Lou Aster Training

El miedo

Cómo a veces nos quedamos bloqueados ante una acción que queremos realizar, es impresionante. En este caso, me refiero a un hecho muy concreto, pero que en el fondo es universal. Una persona, muy cercana, me hacía un comentario sobre el siguiente paso que tenía que dar en su trabajo, era algo tan sencillo que su gente no comprendía por qué no lo hacía, sin embargo, se veía y sentía totalmente incapaz, justo en el momento de realizarlo le venían miles de pensamientos en contra, avisándola del «peligro», del riesgo que corría si lo hacía. No se trataba de deslizarse por una pendiente, o tirarse en un parapente, ni tan siquiera en un paracaídas. Era algo muy sencillo, simple, que lo hacía cada día, se puede decir. Entonces, dónde estaba el problema; qué había cambiado para que no fuera capaz de continuar.

Si lo comento, no es porque se trate de algo excepcional, muy al contrario nos encontramos muchas veces en una situación similar. Nos da pánico enfrentarnos a una situación aparentemente inofensiva. Suerte de los que, al menos, tienen la conciencia de darse cuenta, de detectar el bloqueo, y saber que algo pasa dentro de ellos que les impide avanzar. Suele ser la mayoría de las veces miedo. El miedo paraliza, el miedo bloquea, el miedo impide avanzar, el miedo te atrapa de tal manera que no te deja hacer lo que quieres. Puedes justificarte y abandonar, tirar la toalla, dar rodeos; da igual, tarde o temprano la vida te va a poner en una situación similar hasta que te enfrentes.

Cuando se aborda el miedo, éste suele salir muy mal parado, la persona que lo padece, se siente fatal, se avergüenza por tener o sentir miedo y se le considera una emoción muy negativa. Se tiene que ser valiente, en esta vida hay que tener valor, no tenemos que sentir miedo. Fenómeno, muy bonito, pero entonces qué hacemos los que somos tan humanos que lo sentimos muchas veces, que se puede decir, es un compañero de viaje, como otras muchas emociones. Una solución rápida es negarlo, lo sentimos, eso sí, pero hacemos lo indecible para esconderlo; otra solución es saltarnos el miedo, sin pensarlo dos veces, !ala¡ nos lanzamos, casi casi con los ojos cerrados y automáticamente, nos ponemos los brazos sobre la cabeza como para protegernos de las consecuencias, si no físicamente, al menos metafóricamente. Luego no sabemos salir de donde nos hemos metido y ya no tenemos miedo para la próxima, sino pánico.

Por mi parte, agradezco mucho y abrazo mi miedo. Me recuerda que tengo un instinto animal, primigenio, salvaje que me avisa de un posible peligro o riesgo. Si, sí, incluso esos miedos tontos, como el mencionado anteriormente. Por ejemplo, acudir a una entrevista, aparentemente inofensiva; digo esto porque fue el último al que me tuve que enfrentar. Casi sin darme cuenta, estaba inquieta, iba posponiendo la llamada para concretar la hora de la cita. De golpe caí en la cuenta, hummm, tienes mieditis, guapa. Y sí, tenía un ligero o no tanto, miedo y de forma muy sutil me iba escaqueando. Me entro la risa, cómo no¡ y me paré a pensar. No estaba preparada, había seguido mi impulso de querer dar un paso adelante, pero no me había concedido el tiempo necesario para prepararme. El miedo me avisaba, me alertó que algo me faltaba, que no podía ir sin nada preparado, o si iba, al menos estar preparada sabiendo que no llevaba lo necesario.

Es decir, a veces nos vemos desarmados ante el peligro y el miedo, y éste,  lo único que hace es avisarnos. Luego depende de lo que queramos hacer. En el primer caso, no había podido elaborar su argumento de defensa, ante las  posibles consecuencias de dar el paso, sabía que debía hacerlo, pero a esa  intuición le faltaba ponerlo en palabras, poder expresarlo. A partir de hablarlo, pudo ir descifrando qué pensaba realmente, cuáles eran sus puntos de apoyo. En mi caso, mi miedo me avisó que me faltaba también llevar por escrito lo que yo ofrecía, que la persona lo viera, lo tocara. Igual yo no lo hubiera necesitado, pero no todo el mundo es como yo. (Gracias miedo, por avisarme de una gran verdad)

En el momento que te enfrentas a tu inquietud, encuentras la solución. De lo contrario eres, no un valiente, sino un temerario. Si yo no sé nadar, en el mar tengo miedo, y me avisa de una carencia mía, me dice que no estoy preparada para lanzarme en alta mar. Por lo tanto, me preparo, voy a clases de natación antes de tirarme y correr el riesgo innecesario de ahogarme. Tengo miedo a la oscuridad, claro, si no ves te puedes dar un golpe, por tanto, cojo una linterna o enciendo la luz, (para empezar). El miedo a los fantasmas, apariciones, etc no llega si lo atajamos. Porque la mayoría de los miedos se pueden parar en el momento de enfrentarlos, eso no quiere decir que hagamos lo que nos da miedo de inmediato, no, eso quiere decir que miremos, observemos, pensemos en la solución para abordarlos y nos preparemos para estar tranquilos y serenos ante el reto que nos presente la vida.

El proceso de aprendizaje de vivir lleva toda la vida. A veces nos vienen miedos absurdos que nos paralizan y sin embargo, somos capaces de realizar verdaderas proezas que para otros son impensables. Aquí radica una de las maravillas de la vida, aquí vemos como no hay normas fijas para todos. Como lo importante es irnos conociendo, descubriendo nuestros pequeños o grandes temores cada vez que la vida nos pone delante la oportunidad de avanzar, de salir de nuestra zona de confort y seguir evolucionando con alegría y entusiasmo.

Esta persona pudo dar el siguiente paso, contenta, segura y satisfecha, dispuesta a continuar con su trabajo y sabiendo que cada reto es una gran oportunidad. Por mi parte, me dio un subidón, me puse encantada de la vida a preparar lo que no había hecho, agradecida de estar a tiempo y sin el temor de enfrentarme a una persona antipática, seca y miles de adjetivos más que mi enajenación producto del miedo me hizo creer.

Cuando no nos enfrentamos a nuestros miedos, sino que ellos se adueñan de nosotros, nos vemos como unas víctimas de la vida y de los demás. Nos creemos que no tenemos capacidad de defensa y hacemos cada vez más grandes a nuestros supuestos enemigos. Todo es producto de la fantasía, nos creamos una auténtica ficción y nos la acabamos creyendo. No hay reto que nos ponga la vida frente a nosotros que no podamos afrontar, se trata de darnos el tiempo necesario para prepararnos. No podemos caer en la prisa, en la comparación. Este es un proceso maravilloso de aprendizaje, de conocimiento, que nos hace sentir vivos, ágiles, activos y repletos de entusiasmo.

Hay retos que duran muchos años, hay retos que se aprenden en minutos, qué más da¡ el caso es tener, eso sí, la valentía de enfrentarnos a nosotros mismos, de tener la valentía de conocernos poco a poco. De no ser cobardes echando la culpa a los demás de nuestros fracasos. Un fracaso sólo es un aviso de que nos falta algo por aprender, una oportunidad más para crecer.

Anuncio publicitario

2 respuestas a “El miedo

  1. Lou, creo que lo que nos da miedo decir o no podemos decir o no tenemos ganas de decir, se transforma en fantasmas horripilantes que se te quedan incrustados en lugares imposibles de llegar como por ejemplo los nudos en la garganta o en quien sabe donde.
    Un beso sigue sigue sigue sigue sigue

    1. Nuestro amigo el caracol en su estrategia nos recuerda que hay que vivir despacio, lentamente. Que la prisa mata y los nudos en la garganta, por ejemplo, a su tiempo se deshacen y las palabras, no dichas, fluyen desde el corazón adoptando infinitas formas. La Creatividad ayuda a deshacer nudos, a ésta es la que nunca debemos dejar de lado, pase lo que pase, venga lo que venga. Los días de sequía son el tiempo que necesita la semilla para salir a la luz. Todo lleva su tiempo, su ritmo, no podemos forzar, controlar el proceso, es bueno disfrutar de él.

      Gracias Cortázar por tus respuestas, sigue, sigue, sigue ahí creando

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s