La Navidad o Solsticio de Invierno empieza hacia el 21 de Diciembre y acaba con la llegada de los Reyes Magos o Epifanía. Es el tiempo de la llegada de la Luz, de la Información, de la Revelación.
He podido comprobar que no solo estaba yo inquieta, melancólica, revuelta, ya que con algunas de las personas que me he comunicado hemos compartido este estado de «crisis» personal que se ha ido desvaneciendo poco a poco a medida que nos acercábamos al final de la Navidad.
Compartía que este año, igual mi crisis ha sido más profunda que otras veces, me atrevía a decir, entre risas, que estaba siendo la peor que recordaba, sin embargo, la he vivido mucho mejor, con una mayor conciencia que me ha permitido saborear las emociones, los sentimientos, la incertidumbre y el miedo provocados por las pérdidas y los cambios. Si, el miedo e incluso la angustia que te despierta por la noche, han sido dos componentes importantes de estas Fiestas. ¿Cómo es posible estar bien, en este estado? Os preguntareis y no sin razón. Pues es la respuesta a esta pregunta que me han estado haciendo sin parar, la que quiero compartir.
Cuando se está en crisis, una puede disimular delante de la gente, puede hablar, comentar, reír, hacer como que no pasa nada, pero sabe que está hecha caldo, por mucho que disimule. Esta vez no ha sido así. Estando viviendo una crisis profunda he podido disfrutar, reír, compartir y celebrar estas Fiestas con profunda alegría, no he tenido que fingir, no he necesitado fingir. Lo que ha ocurrido igual que veces anteriores ha sido la necesidad de Silencio, de tranquilidad, la ausencia del alboroto propio de estas fechas, simplemente he elegido celebrarlas en la más estricta intimidad. He aprovechado o buscado momentos de quietud, de calma, de silencio con verdadera necesidad, ya que quieras o no, son días de actividad frenética y lo que necesitaba era quietud para aquietar mi cabecita que estaba bastante inquieta, alterada y así poder salir de «mi refugio» y disfrutar de la compañía.
He aceptado desde el principio que venía una movida importante, que no iba a ser fácil el transito al nuevo año. Sabía muy bien que había que desprenderse de viejas creencias, sentimientos muy arraigados, para dar paso a lo nuevo que nos trae el 2015 y que ya no vale solo las buenas intenciones, que es tiempo de pasar a la acción, no se puede «dejar para luego». Por tanto, he esperado con paciencia la Información, he ido aceptando todo lo que se quedaba en el pasado, he llorado y celebrado las pérdidas, puesto que no todo lo que se ha de ir quieres que se vaya. He ido integrando todo aquello que cada día iba descubriendo, con la confianza en el Milagro, en la Magia y así han ido pasando los días. No quiero omitir un milagro ocurrido, una reunión donde se comenta un libro. No lo dejo pasar y salgo corriendo en su búsqueda, La Historia Interminable de Michael Ende. Me ha acompañado todos estos días y ha sido una revelación. ¡Cómo he disfrutado! hacía tiempo que no vibraba con una lectura, me recordó cuando descubría un autor y saltaba de alegría porque me daba la información, la pista que justo necesitaba en ese momento. Son esos momentos mágicos que nos regala la literatura.
La víspera de Reyes ya tuve mi primer regalo: Un abrazo, un abrazo que llevaba mucho tiempo deseando. Unas miradas brillantes, limpias, sanas, jóvenes, inocentes que pude apreciar de cerca. Mi corazón saltaba de alegría y de agradecimiento.
Ese mismo día me llegó la Información que necesitaba para seguir con ánimo, voluntad, disciplina, ilusión y confianza; todavía no habían «venido los Reyes» y ¡ya estaba recibiendo regalos! Me acosté con la inocencia de cuando era niña, sabiendo que al día siguiente y los días venideros iba a recibir más. Así ha sido, han llegado certezas, oportunidades, abrazos, reencuentros, viajes y la Fuerza para seguir viviendo con alegría y entusiasmo al 100%.
Probablemente se me irán olvidando algunas de las tendencias que me habían marcado hasta ahora, aquellas que te hacen vivir con una carga pesada; ahora entiendo a Machado cuando decía que había que ir «Ligero de equipaje», no sólo se refería a llevar maleta pequeña, sino a no ir cargando creencias limitadoras de lo que realmente somos: Luz y Amor.
Este 2015 nos trae la posibilidad de seguir avanzando hacia una vida plena, hacia el amor, hacia la Luz, a ampliar nuestra conciencia. Nos trae la Información que cada uno de nosotros necesitamos para vivir desde el Ser que somos y para ello hemos de vaciarnos para dejar entrar lo nuevo. Abrazar los cambios, la vida, sabiendo que todo es como debe ser, sin esos pensamientos «antiguos» que hacen que nos enfademos con lo que nos trae porque no lo entendemos, porque no nos gusta, o no era lo que queríamos y así bajamos de vibración, de ánimo y tenemos que recurrir a todo tipo de evasión para paliar la frustración que conlleva.
Cuando estoy en la confianza, en la aceptación, en la inocencia, vibro en el amor, atraigo a mi vida ¡milagros! Se convierte en algo natural, como la vida misma, y cuando llega la crisis, se vive desde la esperanza, desde la certeza de que se está dejando algo que ya no sirve, que hay que vaciar «nuestra memoria personal» para seguir viviendo, fluyendo con alegría y entusiasmo y estar abiertos a la transformación o metamorfosis para llegar a vivir todo nuestro potencial.
!FELIZ y PRÓSPERO 2015 os deseo de todo Corazón!