Miedos, Desafíos, Retos · Objetivo, Metas, Propósitos

El Viaje

Processed with MOLDIVEmprender un viaje conlleva un nerviosismo previo. Emoción que anima a la sorpresa. Nos encontraremos momentos de incertidumbre, aparentemente no ocurre nada, sin embargo, con el tiempo y la experiencia se sabe que simplemente se trata de una tregua. Saber descansar, es importante, pasar el rato sin nada que hacer, también; simplemente estar, ser y sentir. Son  momentos para controlar la atención, se nos va a su bola, pero intentamos, de nuevo, fijarla en algo concreto, aparecen dudas, luego toda una cascada de sensaciones, sentimientos, recuerdos, anécdotas que, si no se está alerta, te inducen a un loco diálogo mental, pero se trata simplemente de sentir, de observar, de aceptar, sin caer en la costumbre tan arraigada de juzgar.

Os animo a viajar, volver a lugares y descubrir rincones desconocidos. Recuerdos y descubrimiento al mismo tiempo. Atreverse a viajar. Recorrer caminos conocidos y otros extraños.

Volver a lugares que hacía tiempo que no se visitaban abren la caja de la memoria, de los recuerdos que llevan a un viaje por una parte de la vida que casi se había  olvidado. El tiempo transcurrido y la experiencia ayudan a comprender, a ver el hilo conductor. Caer en la cuenta, risas, agradecimiento.

«Sanar memoria», sanar pasado, liberar el peso de la mochila y así poder seguir la  ruta, el viaje personal, ligera de equipaje.

Os animo a que os regaléis un viaje y a que me dejéis un comentario.

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Conectar, Conexión, Intento, Ser · Sanación

Cadaqués

Cadaqués Camino con Lou AsterHacía mucho tiempo que quería volver a Cadaqués, y no tengo idea por qué no había venido, pero el caso es que desde que se decidió venir, he estado inquieta, nerviosa, como una niña ilusionada. Elijo fechas, es básico elegir los momentos, quería disfrutar sin multitudes, aglomeraciones, ruidos…

Cadaqués me mueve internamente mucho, me cataliza y me dejo catalizar por su estética, por su historia, por la Tramontana, por el mar, por su silencio. Me parece uno de los lugares mas bellos que conozco, me hace sentir muy bien, me gusta tanto… La luz y la cercanía con el mar, que se escucha al mismo tiempo que vas paseando por su paseo marítimo, que nada tiene que ver con los típicos paseos de los pueblos costeros, ostentosos, con suelo de mármol o granito, con unas barandillas de acero brillante que te deslumbran, aquí en Cadaqués, todo lo contrario, posee una sencillez, una simpleza que hoy en día es todo un lujo. Continuas caminando, sales del núcleo urbano y vas por caminos de piedras, el mar a tu lado y al otro una vegetación de olivos, cactus, romero, huertos aparentemente abandonados, sin un cuidado extremo y casas totalmente en armonía con el paisaje, al mismo tiempo que puedes ver petirrojos, gorriones, gaviotas. !Qué belleza¡ !que simplicidad¡ y vuelvo a repetir, todo un lujo hoy en día donde la ostentación y la arrogancia humana frente a la Naturaleza reina. Y asisto a un derrumbamiento, el Hotel Rocamar, comprado por los rusos que lo están tirando para construir un 5 estrellas. Lo tengo que aceptar, ni modo, pero no por ello dejo de sentir una tristeza profunda por lo que simboliza para mí y para tanta gente. No importa, ha dejado huella.

Cadaqués me trae demasiados recuerdos, algunos dolorosos que casi había olvidado. Me pone delante dos mundos opuestos, dos maneras de vivir, de pensar antagónicas que han coexistido en mí durante muchos años.

Es la energía de Cadaqués quien me anima a recordar la Meditación por la Unidad, Aceptación, Respeto y Amor que se celebró el sábado de Gloria en muchos lugares del mundo. Yo, siguiendo mi tónica de no planificar los viajes, de dejar un espacio a la improvisación, tuve la dicha de ser invitada a la Ermita de Sant Miquel (Montserrat) donde se reunió un grupo de gente con este fin.

En Cadaqués pude sentir mi polaridad, ver mi lucha, mi rabia, revivir mis fracasos. Con el mar, con la integración en la Naturaleza y con la Luz,  volví a elegir.

Elegí aceptar esa parte que machaca, que  juzga sin piedad, que derrumba, que roba energía para Ser quien realmente se es. Aceptar no implica estar de acuerdo, no es resignarse sintiendo que no hay nada que hacer, es asumir los opuestos, es integrar para poder elegir libremente, qué hacer, qué opción tomar, qué camino seguir y llevarlo a cabo.

Ya no es tiempo de lucha, de confrontación, de imposición. Es tiempo de fluir, de vibrar en la Luz y el Amor. De vivir en armonía con uno mismo y el entorno. Es tiempo de disfrutar de la Vida y de todas las infinitas posibilidades. Es tiempo de ELEGIR. Cada elección tiene una consecuencia y cuando dudamos, cuando entramos en la vorágine mental, sólo hay que parar, respirar profundamente varias veces hasta que nos encontremos serenos, tranquilos, y es entonces, cuando conectamos con nuestra Voz interior, con nuestra Intuición que sale con la certeza necesaria para poder pasar a la acción.

Cadaqués me ha recordado que no hay nada que demostrar, simplemente Ser. De nuevo, el Mediterráneo, me sirve para sentir la integración, me recuerda que elegí la no confrontación.

Sigo paseando en Silencio repitiendo Uno, Uno, Todos Somos Uno.